Suma cero: la inclusión de los hombres en el debate feminista.

Los conceptos de solidaridad y empatía son piedras angulares para entender el concepto de sororidad y me gustaría desarrollar este artículo de opinión retomando el tema. Ahora, expandiendo en la concepción de los mismos hacia un lugar más amplio. También me gustaría examinar y cuestionar las construcciones sociales a las que nos enfrentamos aún a finales de 2019. Me gustaría retomar algo que se conoce como ‘La teoría de juegos’, el concepto de ‘suma cero’ y su influencia en los debates de género como prismas de análisis para este tema.

La sororidad es la “relación de solidaridad entre las mujeres”. El hilo conductor de la sororidad avanza hacia un tema de inclusión y empatía. Me resulta curioso cómo a partir de aquí y con este enfoque se podría analizar nuestra relación entre hombres y mujeres. Al examinar el tema me he cuestionado varias veces . Por qué desde que somos pequeños y estamos en plena formación de nuestra identidad como personas se nos impone que es ‘niños contra niñas’.

Me parece que esto se debe al planteamiento intrínseco de ‘suma nula’ o ‘suma cero’ que se encuentra arraigado al sistema patriarcal en el que nos encontramos. El concepto de ‘suma cero’ o ‘suma nula’ es un concepto que viene de la teoría de juegos y consiste de manera resumida en que los jugadores van a ganar exactamente lo que el otro pierda. El enfoque que muchas veces le da la opinión pública al debate feminista, no en su totalidad pero sí en la mayoría de los casos, ha sido tratado desde un planteamiento suma cero y para ejemplificar lo anterior me gustaría exponer un tema que se encuentra en la memoria colectiva de todos nosotros. El cómo, desde que somos pequeños, en el salón de preescolar o kínder la figura de autoridad ha dividido usualmente en equipos de: ‘los niños contra las niñas, a ver quién gana’.

Tal vez el reformular el planteamiento del debate de suma cero que se nos inculca, muchas veces, desde la niñez; hacia uno en el que el tema central sea la empatía y la inclusión muchas cosas podrían cambiar para favorecer el empoderamiento de la mujer.  Siguiendo esta línea, me ha parecido interesante cómo son nuestras propias figuras de autoridad las que a manera que crecemos nos inyectan este concepto de suma cero en nuestra relación de géneros. 

Quisiera pensar que tal vez al retomar la solidaridad que sugiere la sororidad en las interacciones que tenemos y en el planteamiento del debate hay varias cosas que tienen el potencial de cambiar. Porque, si cambiamos verbos simples como lucha de géneros por inclusión de géneros tal vez o solidaridad de géneros se generan heurísticos diferentes en nuestro entendimiento. Y, el cambio de estos heurísticos cambia nuestra manera de entender y abordar el tema hasta eventualmente resultar en un cambio en nuestras acciones diarias.

He discutido el tema con varios hombres que comparten esta opinión y se preguntan cómo poder cambiar estos pre establecimientos. Tal vez,  cambiar nuestros hábitos para empoderar a más mujeres puede ayudarnos, al cambiar el planteamiento desde el cual buscamos un cambio. De un planteamiento suma cero a un planteamiento de inclusión, empatía y compañerismo, y de responsabilidad pueda contribuir a mejorar nuestra situación y generar un nuevo cambio en nuestra manera de relacionarnos como consecuencia del debate feminista. 

En el que contribuyamos desde nuestra manera coloquial tanto de actuar como de expresarnos. Invito al lector a dejar de caer en el planteamiento que nos incita a ¨ganar exactamente lo que el otro pierde¨  y a reconsiderar un planteamiento que nos genere el querer extender un soporte para el otro. Desde este lugar es posible que de una manera racional todos podamos asimilar el porqué es necesario cerrar la brecha salarial que existe, impulsar a que más mujeres lleguen a posiciones para ejercer el poder de una manera solidaria, que a las interacciones diarias que tenemos desde el transporte público, hasta en reuniones sociales sucedan con respeto, al racionalizar que al darnos soporte todos ganamos. Que actuar con solidaridad, inclusión y empatía es nuestra responsabilidad como individuos.

Quiero aclarar que este artículo analiza solo una parte en el debate, que es el planteamiento social al que nos vemos expuestos muchas veces y una alternativa para cambiarlo. Este debate se encuentra lejos de ser lineal, es un debate multidimensional. La historia que envuelve el debate feminista ha sido una historia que es el resultado de opresiones y abusos de poder del hombre hacia la mujer. Que apoyados por el sistema económico social y contexto histórico en el que nos hemos desenvuelto ha desencadenado una lucha de géneros. Es por eso, que me parece que para el contexto histórico que se vive en 2019 un cambio en el planteamiento de ‘suma cero’ a un planteamiento solidario e inclusivo y empático puede ser una gran alternativa para avanzar e incluir en el debate feminista. 

Este año Finlandia eligió a su primera ministra, la líder más joven del mundo, Sanna Marin.  Quiero citar un comentario que ella comparte sobre su crianza. “Para mi, todos somos iguales, esto no es un tema de opinión sino la piedra angular de todo”, menciona la primera ministra Sanna Marin en una entrevista con el sitio finlandés Menaiset, al hablar de los valores inculcados en su niñez. La primera ministra entonces, se convierte en un ejemplo de cómo la educación que recibió en casa ha logrado formar su identidad como individuo y esto la hace poder pensar de una manera empática, solidaria e inclusiva. 

Creo que al ayudar a cambiar el planteamiento que por años se nos ha inculcado podemos lograr que nuevas generaciones de niños y jóvenes entiendan el porqué de las protestas y la indignación y puedan aplicar lo aprendido. Que las nuevas generaciones puedan crecer lejos del planteamiento de suma cero, cambiar sus heurísticos, sus comportamientos y entender desde su salón de clase y desde sus hogares mismos que no es ‘suma cero’, que lejos de ‘niños contra niñas’ la ganancia real está en la cooperación, en la empatía y en la solidaridad y que podemos tener de todos para todas y viceversa día con día.